martes, 23 de junio de 2009

La necesaria renovación del monacato cisterciense actual


Una de mis inquietudes personales se trata de la renovación del carisma cisterciense.


Un carisma que considero una de las corrientes místicas más importantes dentro del cristianismo occidental y que hoy se encuentra apagado y decadente por una serie de circunstancias fruto de la historia de occidente, de la Iglesia y de la orden.


Rescatar esta mística de su decadencia e intentar que la nueva cultura ecuménica naciente en occidente pueda encontrarse con una mística viva que le aporte la dimensión no-dualista sin necesidad de romper con la tradición o con la cultura occidental, contribuiyendo a dar nacimiento a una nueva concepción antropológica, cosmologica y teológica en la sociedad moderna es la labor de los monjes cistercienses de hoy.


Esto sólo puede hacerse si el carisma cisterciense se renueva, encuentra un modo distinto de vivir lo esencial de su experiencia en un contexto que ya no es el feudal, agrario y europeo.


Algunas intuiciones del camino a seguir tengo:


Una es que hoy no se puede formar al monje para vivir aislado en el claustro, hay que formarlo para tener experiencias fuera, vivir en la sociedad además tener experiencias claustrales o eremíticas tradicionales.


Otra, un nuevo monacato con monasterios y comunidades urbanas, unidas a las comunidades tradicionales, con monjes casados y monjes laicos formando una red dentro del nuevo mundo que viene, que suponga un nuevo modo de ser cristiano y llegue a ser una realidad que ayude a construir una sociedad más humana y más mística .