jueves, 11 de marzo de 2010

EL TALANTE CONTEMPLATIVO:UN DESAFÍO A LA MODERNIDAD, por Raimon Panikkar





La contemplación es una palabra ambivalente. Sin intentar decir lo que es la contemplación ni cómo definirla, un rasgo constante emerge en ella: la contemplación es algo definitivo, algo que tiene que ver con el mismo fin de la vida y no es un medio para ninguna otra cosa.


Un acto contemplativo se hace por sí mismo. Descansa en sí. La contemplación no puede ser manipulada a fin de obtener alguna otra cosa. En ese sentido, no constituye un estadio. No tiene intencionalidad ulterior. Requiere esa inocencia en la que incluso la voluntad misma de alcanzar la contemplación se convierte en un obstáculo.


El acto contemplativo es una acción de pura espontaneidad, un hecho libre e incondicionado salvo por su propio impulso, svadhã, como diría el Rg Veda.El acto contemplativo simplemente "se asienta", simplemente "es".


Sócrates ensayando afanosamente una nueva tonadilla en su flauta la noche antes de morir; Lutero decidiéndose a plantar un manzano aquella mañana del día en el que el mundo habría de llegar a su fin; San Luis Gonzaga continuando su juego durante el tiempo de recreo aún cuando sabía que se muerte le alcanzaría esa noche; el deleite del Maestro Zen mirando el trabajo de una hormiga a pesar de estar suspendido sobre un abismo, atado a una cuerda que acabará cortada enseguida. Esos son ejemplos de la actitud contemplativa, ya se la llame atención "mindfulness"), consciencia,concentración o contemplación.


Esta actitud va a contracorriente de la tendencia de la civilización Moderna, ya sea "religiosa" o "secular", aunque no usaría esos dos términos en tal sentido, porque ambos, lo secular y lo religioso, pueden ser tanto sagrados como profanos.


Parece que, de hecho, hay cinco grandes incentivos en nuestra sociedad:


1) los c ieloallá en lo alto para los creyentes, 2) la historia que nos aguarda para los
progresistas, 3) el trabajo que está por hacer para los realistas, 4) la conquista de lo
grande para los inteligentes y 5) la ambición del éxito para todos.


Estos cinco incentivos sonradicalmente cuestionados por el talante contemplativo. Y es que los contemplativos pnen el acento en el hic, en el nunc, en el actus, en el oculto centrum, y en la paxinterior; no en otro lugar, ni en el después, o en el resultado, ni en la grandeza de los actos externos o en la confirmación de la mayoría.


El primero de estos cinco rasgos de la contemplación supone un desafío para la rligiosidad tradicional, que con demasiada frecuencia se contenta con postergar para otro mundo los valores reales de la vida.


El segundo es una interpelación para el dogma central de un cierto secularismo que simplemente ha transferido a un futuro temporal los ideales de la primera mentalidad.


El tercero es una praxis que da un giro radical a los valores axiales de la Modernidad, fun- damentalmente la constitución de una sociedad pan-económica.


El cuarto adopta la apariencia de una interferencia extraña y poco bienvenida frente a las exigencias intrínsecas del mundo tecnológico.

El quinto cuestiona directamente esa predominante noción antropológica de que la plenitud humana entraña la victoria de uno sobre los demás de modo que las víctimas son la condición necesaria para la medida de los propios logros.

4 comentarios:

  1. Hola José Antonio, que bueno sería poder participar de la construcción de esta propuesta tan interesante de monacato... ¿ pensáis extenderla por América y el planeta?

    ResponderEliminar
  2. Hola José Antonio.
    Que buen texto. Es un autor excelente que apenas estoy descubriendo. Destaco: "La contemplación no puede ser manipulada a fin de obtener alguna otra cosa. En ese sentido, no constituye un estadio. No tiene intencionalidad ulterior. Requiere esa inocencia en la que incluso la voluntad misma de alcanzar la contemplación se convierte en un obstáculo".
    Saludos en el amor a Cristo.

    ResponderEliminar
  3. Hola,
    A partir de las lineas pedagógicas propuestas en el Plan de Bolonia de desarrollo de competencias básicas en la enseñanza, las escuelas católicas proponen otra competencia que llaman competencia espiritual. Es un tema, como os podeís imaginar muy difícil, llevar la espiritualidad a la enseñanza, y apenas acabo de hacer una reflexión sobre dicha competencia: "Conjunto de habilidades y destrezas, adquiridas a través de la contemplación de la Realidad en la búsqueda del conocimiento de sí mismo y el sentido de la vida, puestas al servicio de la vida buena con y para los otros en los distintos contextos socioculturales". Estaba buscando alguna inspiración entre mis libros de R. Panikkar y a punto de cerrar el ordenador me encuentro con este texto que has publicado... Estoy perdido en cuanto como todo esto que yo también comparto se puede llevar a la enseñanza.
    Un abrazo a todos. edu

    ResponderEliminar
  4. Querido amigo de contemplativos en la ciudad se nota que compartimos un mismo deseo, ojalá en algún momento tengamos la suficiente entidad como para poder reunir personas de todas partes del mundo. Por ahora somos un pequeño proyecto casi sin nacer aún.Un abrazo.

    Querido mario, efectivamente, Pedro Vidal, maestro zen dice: la contempalción nos debe llevar a no manipular ni dejarnos manipular. Y eso hoy ya hace que tenga un gran valor y sea una gran necesidad.

    Hola edu: Pues es un tema bastante complicado, como las competencias son saberes prácticos para la vida común y cotidiana quizá el plantearse en las clases la posibilidad de meditar unos minutos o hacer ejercicios de mediotación dinámica en movimiento puedan ser algo práctico qeu plantear, así como tratar las materias desde una perspectiva integral, que incluya todas las dimensiones de lo real, lo corporal, lo mental , lo espiritual y lo social, sin caer en perspectivas reduccionistas que sólo ven lo material o sólo lo espiritual. Se ocurre esto no sé si tiene algún sentido lo que digo.

    un abrazo y ánimo en la búsqueda para transmitir esas habilidades a los alumnos.

    ResponderEliminar