miércoles, 14 de julio de 2010

Homilía en el día de San Benito (11 Julio).




El Domingo 11 de Julio, los monjes celebramos la memoria de San Benito de Nursia, cuya Regla para monjes seguimos. Aquí queremos compartir la homilía que dio el P. Ricardo en la misa.


Solemnidad de San Benito, 2010

Proverbios 2,1-9. Col 3,12-17. Mt 5, 1-12a

Hoy celebramos la solemnidad de nuestro padre San Benito, abad. Su vida y su obra son tan importantes para la tradición monástica que se celebra como solemnidad y aun cuando caiga en domingo. San Benito es padre de monjes porque bajo su regla han militado generaciones de monjes y monjas desde hace más de mil quinientos años. Nuestro Papa Benedicto XVI lo venera tanto que asumió su nombre cuando fue elegido.

Por medio de la primera lectura la Iglesia coloca a san Benito entre los sabios y maestros de la historia. No es sabio el que almacena muchos datos sino más bien el que percibe la conexión entre los datos disponibles y logra sacar conclusiones coherentes. Una cosa es recopilar datos y otra es saber interpretarlos y percibir sus implicaciones. Y por supuesto no sería muy sabio si su modo de vivir, su respuesta al don de la vida no reflejan esa sabiduría.

Lo llamamos maestro porque tuvo algo significativo que decir al hombre de su tiempo y porque lo supo decir; fue escuchado y sigue siendo escuchado. Desde su adolescencia la sagrada escritura fue el alimento del alma y del corazón de san Benito. De la palabra de Dios aprendió el arte de vivir. Asimiló y vivió los valores de los evangelios a fondo, hasta sus últimas consecuencias. Por eso en el evangelio de hoy hemos escuchado las bienaventuranzas que resumen el camino trazado por nuestro Señor Jesucristo. Quien así vive no solo refleja las enseñanzas de Jesús en su comportamiento sino que llega asemejarse más y más al Hijo de Dios. Toparse con esta persona es en cierto modo toparse con Cristo.

Según la lectura de Proverbios lo que el maestro espera del discípulo es que preste atención. No basta que escuche pasivamente. Tiene que invocar su inteligencia, aplicarla diríamos hoy en día, ponerse las pilas. Al discípulo le toca procesar y poner por obra lo que escucha del maestro y lo debe hacer con el empeño, el entusiasmo y diligencia del que busca un tesoro.

Continuemos explorando la primera lectura: La palabra “prudencia” aparece tres veces. Debe ser importante. De hecho santo Tomás de Aquino la considera la más importante de la virtudes cardinales que incluyen justicia, fortaleza y temperancia. Según el catecismo la prudencia nos capacita para discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien, lo que realmente nos conviene y elegir los medios rectos para realizarlo. En su primera carta san Pedro dice “sean sensatos y sobrios para darse a la oración”. Agreguemos sensatez y sobriedad a la lista de palabras claves. Es la prudencia que nos permite aplicar los principios morales sin error a los casos y circunstancias particulares que se nos van presentando y nos capacita para superar las dudas sobre el bien que debemos hacer y mal que debemos evitar.

Ahora cabe preguntar qué beneficio puede esperar el discípulo que presta atención y pone por obra la enseñanza recibida. El maestro mismo responde “Entonces comprenderás el temor del Señor y alcanzarás conocimiento de Dios. Con estas palabras del libro de Proverbios podemos resumir lo que san Benito ofrece a sus hijos e hijas: un camino y unas herramientas primero para alcanzar el temor de Dios, condición indispensable para el inicio del camino de retorno al Padre, camino que según san Benito está defino por la humildad y la obediencia y que resulta la actitud propia del que reconoce y acepta con agradecimiento el don del la vida, el hecho de ser creatura dependiente.

El que recorre este camino llega a la plenitud de vida, al conocimiento de Dios que es el conocimiento del amor, de amar y ser amado. Y sabemos que cuando el hombre aprender a amar está haciendo lo que es Dios. ¡Palabras mayores!

San Benito fue hombre de paz. Guerreros conquistadores llegaron a postrarse ante él. Sus monasterios siempre han sido lugares de paz donde adversarios pueden mirarse a los ojos y hasta darse la mano. De hecho esto ha ocurrido en nuestra hospedería.

El propio san Benito resume su enseñanza y su vida con el siguiente consejo: “No anteponer nada, absolutamente nada, al amor de Cristo.”

Queridos hermanos y hermanas, por intercesión de san Benito pidamos al Señor que así sea en la vida de cada uno de nosotros.

4 comentarios:

  1. ¿En qué consiste la mística cisterciense laical?

    Un saludo

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  2. Debo confesar que me atre mucho esta página donde he podido entrar en varias ocasiones. Hace día recibí un e-mail de alguien que suele venir y aún despertó más mi curiosidad. Me hago la misma pregunta que uncastellano. Seguro que lo explicas en alguna parte, iré buscándolo con más calma. Gracias por este rincón de espiritualidad.
    Un saludo

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  3. Hola Amigos:

    Gracias por vuestro interés, creo que la mística cisterciense laicla puede entenderse de dor modos: Primero, sería el carisma vivido por los laicos, esto ha ocurrido desde lso comienmzos del Císter y hoy tiene una manifestación muy evidente en las numerosas fraternidades de laicos cisterciense vinculados a muchos monasterios.
    En segundo lugar, la mística cisterciense laical sería un modo nuevo de vivir el carisma cisterciense valorando los aspectos seculares del mismo (históricos, sociales, políticos,corporales...), es decir, un modo nuevo de viri el carisma por los monjes y los laicos que tiene muy en cuenta el valor de la experiencia cisterciense como experiencia de humanización, valiosa incluso para los no creyentes. Císter fue la exposición de una cosmovisión, una antropología, una psicología, una espiritulaidad, una política que quería ser integral (atender a todas las dimensiones del ser humano) que se propuso como un camino para mejorarnos interior y socialmente. en ese sentido sus valores pueden ser compartidos por todos, ateos o creyentes, cristianos o no.

    un abrazo a ambos.

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  4. gía, una espiritulaidad, una política que quería ser integral (atender a todas las dimensiones del ser humano) que se propuso como un camino para mejorarnos interior y socialmente. en ese sentido sus valores pueden ser compartidos por todos, ateos o creyentes, cristianos o no.
    https://noticiasdelalin.es/como-presentar-tus-referencias-laborales/

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