viernes, 24 de diciembre de 2010

Génesis de la espiritualidad cisterciense.




1. Introducción Histórica:

El monacato benedictino es uno de los fenómenos espirituales, culturales y sociales más importantes de Occidente. Surge en el siglo VI con la figura de San Benito de Nursia, cuya vida será dada a conocer a través del Papa Gregorio Magno en su obra el “ libro de los Diálogos”.

Verdaderamente el benedictinismo pasa a ser dominante en Europa a partir de Benito de Aniano, fundador de un monasterio benedictino en el siglo VIII, cuyo modelo consigue el respaldo de Carlomagno y Luis el Piadoso, los emperadores de Occidente, que impondrán e impulsarán el uso de la regla de san Benito en todo el monacato Occidental. Su modelo tiende al centralismo y al legalismo.


Con el surgimiento de Cluny en el siglo X (910) se constituye una orden extendida por toda Europa, la más importante del momento, con una estructura centralizada en Cluny. El monacato benedictino alcanzará su máximo esplendor.


El origen remoto de toda esta historia del monacato europeo hay que buscarlo en Egipto, a finales del siglo III y comienzo del IV con el nacimiento del monacato eremítico (San Antonio, cuya vida escribió San Atanasio) y del cenobítico con San Pacomio.

En el siglo IV destaca la figura de san Basilio de Cesarea (monacato cenobítico) y Evagrio Póntico (monacato eremítico, culto, origenista). Su discípulo Juan Casiano, en el siglo V, traerá el monacato egipcio a Europa escribiendo dos libros fundamentales: las Colaciones y las Instituciones, fundando un monasterio en Marsella. También influirá San Agustín (S. V) que elabora una Regla para cenobitas.

En el siglo XII, surge Císter, un nuevo monacato que sigue la Regla de San Benito (RB) pero bebiendo de todas las fuentes anteriores (Padres del desierto, Basilio, Agustín, Gregorio de Nisa), generando un monacato plenamente benedictino y, a la vez, muy original. Que regresa a las fuentes del monacato y está plenamente adaptado a la cultura humanista del siglo XII, siendo de hecho un humanismo espiritual cristiano.

2. Génesis del carisma.

El monasterio de Císter se funda en 1098, habiendo salido los fundadores de un monasterio benedictino de origen cluniacense ya reformado, Molesmes, si bien no lo suficiente según los fundadores: Roberto, Alberico y Esteban y un número impreciso de monjes entre una docena y una veintena. Con la entrada de san Bernardo y unos treinta compañeros comenzará su ascenso imparable en toda Europa.


Puede decirse que el carisma se genera entre 1098 y 1125, cuando San Bernardo publica su primer tratado (Grados de la Humildad).

Los documentos fundamentales que recogen los orígenes del monasterio de Císter son la Carta de Caridad (hay varias versiones) y el Exordio Parvo (con varis versiones), cuyo contenido ha sufrido al influencia de la visión de los seguidores de San Bernardo.


2.1 Clima social y monástico.

La sociedad del momento vive en el feudalismo, régimen social caracterizado por la dependencia de unos hombres sobre otros. Desde el siglo XI se están produciendo cambios en el modelo feudal: lentos progresos agrícolas, aumento del comercio y la circulación monetaria, lo que hará que los señores aumenten los impuestos para disponer de dinero, lento resurgir de las ciudades. Los defensores del modelo feudal se sienten amenazados y comienzan a desarrollar una defensa ideológica del feudalismo como modelo querido por Dios. Destaca la figura del obispo Adalberón de Laon, que defiende que la sociedad se compone de tres estamentos: Oratores, bellatores y laboratores, los dos primeros no trabajan y son sostenidos por los terceros, porque así lo quiere Dios.

Función Social de los Monasterios, según la visión de la época: Los monasterios en este modelo justifican su utilidad social diciendo que alejan las amenazas divinas mediante la celebración de los ritos litúrgicos, las fiestas religiosas. Son una fuente de bendición para toda la sociedad a cambio de la cual reciben donativos de las clases dominantes (aristocracia, reyes).


Cluny lleva esto al extremo, se busca la alabanza litúrgica incesante, los monjes se dedican todo el tiempo posible al coro, no trabajan y buscan la estética litúrgica sobre todo. Se ridiculiza la vida rústica, el ayuno, la pobreza, la humildad todo lo que asemeje la vida del monje con el campesino iletrado.

Movimientos de Reforma Monástica en el siglo XI: Desde el propio monacato y desde los laicos se produce una reacción contra ese estilo de monacato cluniacense, se busca volver a los orígenes del cristianismo y del monaquismo, inspirándose en los Padres del desierto. Surgen nuevas órdenes y movimientos guiados por ideales como.

- Más pobreza y sencillez.
- Más oración simple.
- Más descentralización.

2.2 Nacimiento del Nuevo Monasterio (Císter).

Císter es uno de esos movimientos reformistas, uno de los que tendrá más éxito. Comienza con la salida de un grupo de monjes de Molesmes liderados por Roberto (Abad de molesmes), Alberico (que había sufrido malos tratos en Molesmes por buscar la reforma) y Esteban. Todos habían tenido experiencia eremíticas (tenían por tanto un ideal o sed del desierto, vida más libre y contemplativa).

• El desierto cisterciense:
Los primeros documentos no hablan de monasterio sino de eremus (desierto), desiero no es vivir en despoblado o en el bosque, sino un deseo de soledad y un estilo de vida, soledad que equivale a libertad frente a los lazos feudales y sociales que todo monasterio tenía en la época. También supone un estilo de vida: vivir la rectitud de la regla (frase técnica).

Vivir la rectitud de la RB, es vivir una nueva norma de vida monástica que cumple según ellos mejor los objetivos que busca la regla. Las características de este estilo serían:

- No observar la regla a la letra.
- Buscar una fidelidad y autenticidad a la experiencia que la RB quiere producir.


- Para ello proponen:


o Ámbito saludable y sosegado.
o Alejarse de los valores mundanos (dinero, prestigio, poder)
o Buscar una soledad y pobreza fecundas, que dan libertad.
o Vida frugal sin superficialidades.
o Destacar los valores de humildad y simplicidad.

Lo importante no es un valor u otro sino crear un clima (un estilo de vida) determinado mediante la integración de todos ellos.


• El Nuevo Monasterio para el Hombre Nuevo.
El monasterio quiere entonces ser una nueva ciudad, una nueva polis (nueva Jerusalem) con una estructura adecuada para despojarse del hombre viejo y crecer en el Hombre Nuevo, de ahí la importancia de vivir un conjunto de dimensiones y no sólo un valor u otro.

Se llamarán los monjes del Nuevo Monasterio (Císter será como les llamen sus críticos), en el sentido de que quieren destacar su carácter de ciudad del hombre nuevo, una escuela de libertad y de paz, una escuela de Caridad.


Los instrumentos y la orientación que le darán a su propuesta monástica destaca entre otros estos valores.


- Alejarse del mundo feudal para poder ser libres. Paradójicamente van a influir mucho en la sociedad del momento gracias a esa libertad)
- Dar la espalda a la nobleza, exaltar los valores de la rusticidad, entendida como un estilo de humanismo ecológico y cristiano, plasmada en que los monjes y nobles trabajan con sus manos.
- Comunión con el estrato mayoritario de la sociedad, el campesinado, bajo el ideal de ser pobres con Cristo pobre. La pobreza que buscan no es la mendicante sino la del trabajador, el campesino, que es solidario de los pobres y marginados con los frutos de su trabajo.
- Despojo de lo superfluo, valoración de lo sencillo, de lo “vulgar”, de lo secular.
- Valoración del trabajo y menos litúrgia.
- Regreso a los orígenes monásticos pero no de modo arqueológico, sino plenamente adaptados al contexto social que viven.
- Creación de una nueva estructura social: En el monasterio viven juntos monjes, conversos (religiosos laicos que entran y salen para trabajar en granjas y mercados) y colonos (familias de campesinos). Se rompe el feudalismo relativamente (sigue habiendo diferencias sociales) peor se da una mayor igualdad. Esto parece una revolución frente al feudalismo.


• La laicidad y la interculturalidad en los orígenes de Císter:
En la espiritualidad cisterciense se da un descubrimiento del valor espiritual de la vida secular, la vida cotidiana de los trabajadores y campesinos, frente a la vida ociosa de los nobles y clérigos acomodados. Viven la experiencia del trabajo y conviven con los campesinos (conversos y colonos). Parte de su literatura busca dar sentido espiritual a esta vida e introducir la importancia de la moralidad en la vida cotidiana, humanizarla.


La espiritualidad cisterciense bebe también del contexto secular en el que se encuentra, da un sentido espiritual a la filosofía y psicología de su tiempo de la que se alimenta de modo crítico y entra en diálogo con otras espiritualidades: el judaísmo para traducir mejor la Biblia, los cátaros a los que San Bernardo quiere convencer pero no perseguir, el amor cortés de influencia islámica con la valoración de la mujer y lo femenino en la experiencia espiritual, la influencia de la espiritualidad celta a través de la difusión del mito del Grial…

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