lunes, 12 de abril de 2010

La huella de un retiro zen cristiano.


Acabo de regresar a casa de un retiro que podríamos llamar de zen cristiano, que creo ha sido muy provechoso para much@s de los que hemos participado en él (no diré tod@s para no absolutizar). Provechoso, en especial, por la aportación de cada un@ de los que hemos participado.



Se trata de un pequeño grupo de mujeres y hombres que a través del zen han llegado a descubrir el valor de la espiritualidad cristiana, en concreto, de la mística cisterciense y entienden que están llamados a vivir y a ofrecer a quien lo desee esta espiritualidad cristiana tradicional y, a la vez, nueva.



Este pequeño grupito, rebañito en lenguaje evangélico, intenta ser fiel a las tradiciones de las que bebe y ser fiel a su vocación de camino nuevo para la gente sencilla, anónima, aquell@s que no están llamados a grandes alturas místicas ni ascéticas pero desean profundamente el encuentro con el Amado, con Cristo y redescubren las bellezas, a veces ocultas por el pecado de los propios cristianos, de la Iglesia.


Como toda propuesta, aunque sea tan pequeña y poco significativa como ésta, encuentra en su camino amigos y enemigos, por simplificar. No siempre son amigos quienes nos alaban, por ello, no hablo de críticos y partidarios. Hay correcciones verdaderamente fraternas y no fratricidas.

Por un lado, aquellos más sensibles a la ortodoxia del zen o a la perspectiva oriental de la espiritualidad, como el advaitismo radical, pueden encontrar “heterodoxa” o inmadura la metodología y el mensaje. El grupo se ha vinculado a una escuela de zen minoritaria, la escuela sanzensha, formada por el movimiento religioso japonés Shingaku, que manteniendo lo esencial del zen (zazen, kin hin, silencio, dokusan, koan, relación con el acompañante…) relativiza y flexibiliza mucho los modos concretos de realizar esto (zazen puede hacerse en cojín, en silla o en banquito), no se antepone el silencio a un “buenos días” si la hermana o hermano nos saludan, la entrevista es un encuentro entre amigos que siguen el camino, ambos son maestros y discípulos, aunque uno sea el que coordina la práctica, la autoridad se la concedemos espontáneamente al otro cuando nos ayuda a crecer, los koan se extraen de los escritos de los Padres Cistercienses (San Bernardo, El Beato Guillermo de Saint-Thierry, San Elredo de Rieval…), etc…


Por otro lado, el mensaje del grupo es siempre relacional, la meta no es la “iluminación”, aunque estas experiencias de iluminación puedan darse sino la comunión con el Otro y l@s otr@s, experiencia de unión con el Cristo total, Dios, el hombre y el Cosmos; y desde esa experiencia ser constructores de comunión y redención, ser humanizadores y liberadores, teniendo en el corazón los sentimientos de Cristo, el Amado y el amante apasionado de tod@s y del Mundo, en especial, los más pequeños, los más pobres y excluidos, los que no cuentan y que en realidad son el fundamento que sostiene el mundo cuando vemos la realidad con su verdadero rostro (conversión- Mente Original) y no con los ojos de la mentalidad “mundana”(mente calculadora-búsqueda del poder, el dinero o el prestigio).


Algunos cristianos se asustan cuando oyen hablar del zen, confunden el zen con la nueva era, aunque en el documento vaticano sobre la nueva era (Jesucristo, portador del agua de vida) no se identifique al zen con la Nueva Era y aunque en la declaración “Nostra Aetate” del Concilio Vaticano II se hable de la santidad y verdad que hay en las religiones no cristianas y en el decreto “Ad gentes” se anime a los religiosos a que “consideren atentamente el modo de aplicar a la vida religiosa cristiana las tradiciones ascéticas y contemplativas, cuyas semillas había Dios esparcido con frecuencia en las antiguas culturas antes de la proclamación del Evangelio.” (Ad Gentes nº 18).


Es precisamente para dar cuerpo a este “mandato” del concilio Vaticano II por lo que existe hoy un zen cristiano.

Naturalmente es necesaria la prudencia y estos grupos pueden también equivocarse, por ello, el zen cristiano como toda “novedad” del Espíritu en la Iglesia debe ser acompañado por quienes en la iglesia ejercen el sercicio de la autoridad, pero acompañado no es lo mismo que perseguido o ahogado, porque correríamos el riesgo de perseguir al propio Espíritu y entrar en un camino autodestructivo dentro de la iglesia.



Debe pues estar abierto a la corrección fraterna de quienes ejercen la autoridad y también tiene derecho a esperar el aliento y el ánimo en todo aquello positivo que aporta a la Madre Iglesia. No puede nunca separarse de la comunión con ella porque entonces erraría con seguridad el camino, no sería fiel a su verdadera naturaleza y no aportaría belleza y bien a la armonía y la redención-liberación del mundo.

9 comentarios:

  1. Estimado José Antonio, me parece excelente lo que comentas. Suscribo todo el texto. Solo agrego que no me parece poco significativa la propuesta, aunque sea pequeña en número y difusión. Precisamente creo que una de las cosas mas interesantes que tiene este tipo de encuentros es su significado fraternal, constructor de lazos. Muchas veces las críticas surgen del temor, de la inseguridad en la propia fe. Creo que están llevando adelante un carisma muy particular que le hace bien a la Iglesia y a quienes no están en ella. Sabes lo que pienso: Que deberían extender esto en distintas regiones.
    Un abrazo en la alegría del Resucitado, para ti y todos los amigos de tu cercanía.

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  2. Muchas gracias, Mario, me hacen mucho bien tus palabras y toma nota de tus sugerencias.

    un abrazo.

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  3. Leyendo estas lineas, se ve claramente que tienes las ideas claras, que estan bien fundamentadas y que hay muchas ganas e ilusión para tirar adelante este proyecto que, seguro, tan bien ha hecho a unos y otros. Ánimo y adelante!!! Un abrazo fraterno.

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  4. Muchas gracias hermano, tus palabras son una bendición que espero El Señor te devuelva centuplicada.

    un fuerte abrazo fraterno.

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  6. La unión con Cristo total: Dios, Hombre y Cosmos. Me suena a la intuición cosmoteandrica de R. Panikkar! Me encanta la iniciativa: no tengo la menor duda de que la espiritualidad cisterciense y el Zen pueden traer aires nuevos a la Iglesia, mal que le pese a la ortodoxia. Me encanta seguir las propuestas de este blog porque indudablemente son semillas del Reino.
    Un abrazo fuerte!

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  7. Muchas gracias por compartir esa esencia del retiro, José Antonio... pues aún no habiendo estado allí, si que compartimos esa estela... ese aire que se desprende de ti...y de la comunidad que lo hizo.

    Todos formamos un cuerpo... EL SUYO. Y ese CUERPO CRISTICO va creciendo en profundidad cada vez que una de sus partes LE ENCUENTRA. Y no sólo eso... ese ENCUENTRO y esa UNIÓN repercute en todos los demás... y en aquellos cercanos que vibran al unísono en SU PRESENCIA DE AMOR.

    Feliz noche... Iluminada por ÉL.

    Un fuerte abrazo, amigo José Antonio.

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  8. Muchas gracias Eduardo por tu apoyo y comprensión a la labor de este pequeño grupo.

    Carmen, gracias por tu receptividad a La experiencia.

    Un abrazo a ambos.

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  9. Buenas, no sé si se sigue actulizando esta página....

    Ante todo, eso de las @ de tod@s no me convence mucho, no soy practicante de la ideología de género...

    Practico zen de la escuela sambo, los koan son tradicionales y no sé si los vuestros realmente provocan lo que buscan...no lo digo por molestar....

    Supongo que lo que dice mi maestra, que lo mejor es no mezclar zen y cristianismo, es verdad. Por lo menos, supongo que el uso de estos "koans", impide que se pueda denominar a esta práctica como zen.

    Y es una lástima, porque SJ de la Cruz, en la noche oscura, no me parece que se aleje mucho del zen de verdad...supongo que era un superdotado que no necesitaba de práctica, o recibía gracias especiales...

    También he oído algo de la escuela de "la nube del no saber" de Jaeger, que fue compañero de mi maestra, pero como no soy "panteísta", tampoco me satisface. Además, ellos no creen en el Señor, como El Señor.

    En fin, respecto al CVII, supongo que las concesiones a todos los sectores posibles de la Iglesia, para que las votaciones fueran los más favorables posibles, no hizo que cupiera cualquier interpretación posible en los documentos.

    Pues nada, Alabado sea Jesucristo y Gassho.
    JoseAntonio

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