martes, 7 de diciembre de 2010

Dios viene al Corazón, por San Bernardo de Claraval.


Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la primera y de la última, hay una venida intermedia. Aquellas son visibles, pero ésta no. En la primera, el Señor se manifestó en la tierra y convivió con los hombres, cuando, como atestigua él mismo, lo vieron y lo odiaron.

En la última, todos verán la salvación de Dios y mirarán al que traspasaron. La intermedia, en cambio, es oculta, y en ella sólo los elegidos ven al Señor en lo más íntimo de sí mismos, y así sus almas se salvan […] Esta venida intermedia es como una senda por la que se pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra vida; en ésta, es nuestro descanso y nuestro consuelo.

Y para que nadie piense que es pura invención lo que estamos diciendo de esta venida intermedia, oídle a él mismo: El que me ama —nos dice— guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él. He leído en otra parte: El que teme a Dios obrará el bien; pero pienso que se dice algo más del que ama, porque éste guardará su palabra. ¿Y dónde va a guardarla? En el corazón, sin duda alguna, como dice el profeta: En mi corazón escondo tus consignas, así no pecaré contra ti…

De S. Bernardo, Abad. Sermón 5 en el adviento del Señor.

3 comentarios:

  1. Es esta venida la que sin duda es necesaria y determinante en los tiempos en que vivimos. Es esa vivencia crística la que posibilita que la persona alcance en su obrar su dimensión más profunda, esto es, humana.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo con lo que compartes José, necesitamos urgentemente una revolución de humanización y sólo desde la inclusión de la dimensión espiritual esta podrá ser verdaderamente eficaz.

    saludos.

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  3. Es un punto CLAVE.... UNA LLAVE que ÉL a todos nos da para recibir el GRAN AMOR DE DIOS, del que ÉL nos dió testimonio.
    Pero depende de que despertemos a ESA LLAMADA... RESPONDAMOS con nuestro SEGUIMIENTO A ESE ENCUENTRO QUE DIA A DIA ÉL realiza en nosotros... que nos demos cuenta de cuando somos TOCADOS por su MANO y SU AMOR.
    Esto no deja de ocurrir cada dia... pero sólo utilizamos nuestros sentidos físicos... y para VERLE en nuestra existencia debemos hacerlo con los sentidos espirituales, del ALMA que le anhela y espera.

    Un abrazo siempre nuevo, querido hermano José Antonio... cálido y fresco a la vez.... esperando su ETERNO RETORNO... ESE INICIO INTEMPORAL.

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