El camino espiritual cristiano, es a través del cuerpo.
“Si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado sácatelo, tíralo (Mt. 5,20).
Hasta ahora en el cristianismo, ni en la oración, ni en el arrepentimiento ni en la lectura de la Biblia, se ha dado mucho valor al cuerpo. Pero cuando hacemos Oración Centrante, ponemos cierto énfasis en el cuerpo. Es decir, se sienta uno, primeramente tomando una posición correcta, acompasando la respiración y con la palabra sagrada… preparando el corazón para ir al encuentro. Por lo que podemos decir, que este camino es como que va “del cuerpo al corazón”, otros dirán que es de la cabeza al corazón. Entonces tengamos presente que el cuerpo es algo importante en el camino espiritual, yo agregaría que es un excelente camino hacia una profunda experiencia religiosa. Sentarse con el cuerpo en posición correcta, acompasar la respiración y preparar el corazón, y eso es todo. Sin embargo como ha cambiado mi vida y la vida de otros que me acompañan en esta experiencia, experiencia de descubrir nuestro rostro original el cual esta dotado de una fuerza prodigiosa. Es una lástima que muchos siguen sin conocer las bondades del método para desarrollar esta fuerza prodigiosa de que está originalmente dotado. El secreto reside en penetrar al cuerpo y extraer la fuerza total del mismo.