Para mí, cada día resulta más claro que tenemos que –por fidelidad a nuestra vocación y a nuestro tiempo–, cambiar nuestro paradigma monástico que en gran medida sigue siendo deudor del imaginario greco-latino en que nació:
dejar en la historia de la espiritualidad monástica las concepciones, conceptos, filosofías, teologías, espiritualidades y formas de vida forjadas en un mundo pre-moderno y atrevernos a reinventar la vida monástica desde el contexto evangélico no-dualista como si fuésemos los mismos Antonio, Pacomio, Benito de Nursia o Roberto, Alberico y Esteban pero nacidos el 1 de enero de 2000 e imbuidos, no de una mentalidad neo-platónica vestida de neo-escolástica y pensada para un mundo dependiente y en subordinación de lo religioso (mundo heterónomo), sino del imaginario de la sociedad de la ciencia, la informática, las tele-comunicaciones, la democracia, la libertad y la igualdad, la autonomía personal y la valoración de lo humano y de todos los ámbitos del conocimiento, en un mundo post-Auschwitz que ha puesto en cuestión el concepto Dios heredado de la tradición de la que venimos hablando y ha puesto de relieve que sólo puede tener sentido en este mundo un Dios encarnado y expuesto a la debilidad humana y solidario hasta la muerte. Un mundo, en donde las grandes utopías colectivas se han estrellado, han perdido su significado o han fracasado estrepitosamente, dejando paso a un mosaico de formas personalizadas y provisionales, no acabadas y sin pretensión de universalidad, que convierten al pluralismo cultural de “lo humano” y “lo cósmico” en los protagonistas de nuestro tiempo y en los únicos lugares teológicos posibles (mundo autónomo).
Por lo tanto desde aquí es desde donde se puede reinventar la vida monástica. Si el Dios Omnipotente ya no es el centro del mundo en este centro se ha colocado el Hombre: “lo humano”; y dado que creemos en un Dios encarnado que nos ha mostrado que “lo humano” es el lugar donde habita Dios –su templo, su morada–, el ámbito humano debiera ser el único terreno sagrado para el monje y monja que busca a Dios.
Estimado José Antonio,saludos en Cristo.
ResponderEliminarVoy leyendo los textos, todos de interés, me sucitan algunos preguntas.
Quisiera pedirte si puedes un día postear lo que sería una síntesis de lo que sería el nuevo monacato para ti. Algo como el nuevo paradigma según tu visión. Por algunos posts y comentarios en blogs conozco tu pensamiento en lo que hace a la liturgia, pero me interesaría hacerme una imagen acabada sobre ello. Si me he salteado post y ya has comentado esto, disculpa.
Un saludo fraterno.
Hola Mario:
ResponderEliminarGracias por tu interés, que valoro mucho, dado el conocimiento que creo tienes de la vida monástica. Los primeros post de este blog están extraídos de un artículo que publiqué en Cistercium sobre la renovación del monmacato hoy, quizá el del 30 de abril del 2009 se ajuste a lo que sugieres. En cualquier caso, algún día hablaré de la realización practique que estoy intentanto llevar adelante con otros hermanos, con un proyecto de comunidad inserta en la ciudad y en comunión con el monasterio de Huerta y también en comunión con una red de personas que se sienten interesadas en el monacato desde sus posiciones laicas. ´Básicamente mi idea es un monacato laico y místico, muy plural en sus manifestaciones (monjes casados y solteros, vocacioens más personalizadas y coomunidades muy plurales, formando redes urbanas y en conexión con los monasteiros tradicionales), haciendo comunidad de comunidades, para que la llama de la espiritulaidad monástica permanezca viva y significativa en estos tiempos paradójicos, a la vez, de Nueva Edad Media y de Nueva Conciencia.
Por ahora estamos en fase de experiencia, en la medida que la experiencia se afiance iré comentando sus resultados.
Un abrazo y gracias por tu sugerencia e interés.En comunión,
José Antonio.
Estimado José Antonio,
ResponderEliminarHe leído con detenimiento el post al que me referiste y he avanzado con los dos siguientes.
Me han parecido muy interesantes y por cierto me han suscitado varios comentarios que no serían tan breves.
El tema es excelente y creo, en la actualidad, de sumo interés. Me tomo unos días y te enviaré esos comentarios que intentarían ser un diálogo en torno al tema.
Un saludo fraterno en el amor de Cristo