Tomado de http://www.bajoloshielos.cl/20pia.pdf
Revista Bajo los Hielos N°20, pag. 10-11.
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Se nos hace preciso abordar la cuestión de los senderos exotéricos y esotéricos en relación a la Experiencia Trascendente, pues en ambos sería posible llegar en última instancia a un cierto nivel de desarrollo espiritual.
En esto juega un papel central la distinción, resaltada por Guénon, entre la Vía Mística (exotérica) y la Vía Iniciática (esotérica).
De acuerdo con el autor de Apercepciones sobre la Iniciación, ambas serían mutuamente excluyentes e inclusive, llevarían a resultados totalmente distintos.
No compartimos este juicio, pues existen casos patentes que muestran que en la realidad esto no ocurre así. Un ejemplo lo constituye el mismo Tasawwuf o “esoterismo islámico” en el que el mismo Guénon se hiciera iniciar en Egipto.
En él, se mezclan como en un crisol la más devota de las vías del corazón con un sendero iniciático propiamente tal. Basta leer a Jelaluddin Rumi, Fariduddin Attar, Saadi o Yunus Emre y no puede menos que quedarnos en patente evidencia el misticismo explícito de susmás grandes y afamados exponentes.
Guénon parece haber sido muy miope ante ello, quizás enceguecido por su criticismo exagerado a la mística cristiana, que parece haber comprendido mal, o en caso contrario,comprendió muy mal al Sufismo y su tremenda semejanza con la mística cristiana que le es anterior y en gran medida modelo.
El diccionario de la Real Academia Española define misticismo como “Estado extraordinario de perfección religiosa, que consiste esencialmente en cierta unión inefable del alma con Dios por el amor, y [que] va acompañado accidentalmente de éxtasis y revelaciones”. No podríamos señalar una definición más precisa para el corazón mismo del Tasawwuf, un camino que busca a través de la fe y del amor divino llegar a la aniquilación en Dios (Faná fi’llah) para luego retornar al mundo y pervivir en Dios (Baqa bi’llah). ¿Hemos dicho aniquilación en Dios? Si, al más puro estilo del misticismo cristiano, pues en esencia toda mística es la misma, sea cristiana o sea islámica.
Pero si el Tasawwuf es una vía mística también es una vía iniciática, que duda nos puede caber. Entonces ¿cómo afirmar que ambas sendas se excluyan mutuamente? El error de Guénon consiste en que no estuvo al tanto de que el misticismo es mucho más que simple pasividad o mero éxtasis emocional.
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